Internacionalización
ESTANCIAS EN EL EXTRANJERO
La adolescencia, que abarca de los 14 a los 17 años, es una etapa crítica en el desarrollo personal. Estudiar en el extranjero enriquece esta etapa cultivando valores esenciales. La independencia se refuerza al enfrentarse a nuevas decisiones y situaciones, fomentando habilidades clave. La tolerancia y la perspectiva ante situaciones en un contexto diferente crecen al sumergirse en una cultura extranjera, fomentando el respeto por la diversidad. La adaptabilidad también se agudiza al afrontar cambios de idioma y costumbres. Esta habilidad tiene un valor incalculable en un mundo en constante cambio. Además, la experiencia en un nuevo sistema educativo estimula el pensamiento crítico y la creatividad. Esta experiencia no sólo impulsa académicamente, sino que también moldea el carácter del individuo, preparándolo para el futuro.